“Al mundo paz, nació Jesús”

“Al mundo paz, nació Jesús”

Isaac Watts lo escribió basado en el texto de la segunda parte del Salmo 98, que celebra la llegada del Señor para juzgar el mundo con justicia. El salmista hace un llamado a toda la creación para cantar y gritar de gozo ante su venida.

ISAAC WATTS (1674-1748)

Isaac Watts es reconocido como el “padre de la himnología inglesa”. Sus más de 750 himnos acreditados fueron traducidos a varios idiomas y aun hoy en día sus melodías inundan los templos cristianos. En su escuela local aprendió latín, griego y hebreo, y exhibió una propensión especial hacia la rima. Watt, de espíritu inquieto, inteligente y analítico, se destacó en sus estudios. Sin embargo, no pudo completarlos debido a la manifiesta disidencia de su padre con respecto a la Iglesia Oficial. Su educación lo condujo al pastorado de una gran capilla en Londres.

Trabajó como profesor privado y aunque en disidencia y habitualmente descalificado por la curia oficial, nunca dejó de proclamar sus ideas. Además de poeta, Isaac Watts fue un renombrado teólogo y filósofo, autor de numerosos tratados, muchos de los cuales pasaron a ser parte de la bibliografía obligada en las principales universidades británicas, aun en la actualidad.

A fines del siglo XVII muchas iglesias cristianas cantaban salmos bíblicos en versos. Generalmente la gente tenía poco conocimiento musical y era de ejercicio frecuente el «encajar a la fuerza» los versos de los salmos bíblicos en métrica y rima.

El resultado era un caos semi improvisado. Esto motivó al joven Isaac Watts cuando un domingo llegaba a casa después de la iglesia quejándose de lo pesado, lo monótono y sin vida que eran los himnos. En un momento de inspiración providencial su padre le retó diciendo: «¡No te quejes y escribe algo mejor!” Y eso hizo.

El domingo de la semana siguiente la congregación cantó un himno, «Mirad las Glorias del Cordero». Este vino a ser el primero de los 750 himnos que Watts compuso para la Iglesia. Sus himnarios más exitosos fueron «Himnos y Cantos Espirituales»(1707) y «Salmos de David»(1719). Algunas de sus letras se siguen cantando hoy en día como el tradicional canto navideño «Al mundo paz» o los himnos «Oh Dios Nuestra Ayuda en Tiempos Pasados», «¡Ay! ¿Sangró mi Salvador?» y «Yo Canto del Glorioso Poder de Dios» entre otros.

No podemos subestimar la influencia de Watts en el canto congregacional. Isaac sostenía que los cantos que debían cantarse en la iglesia debían estar basados en las Escrituras, pero «compuestos en forma libre». Watts creía que los salmos eran de gran valor para la adoración cristiana, pero que los mismos eran insuficientes para expresar la amplitud de la experiencia cristiana. La influencia de Watts en su tiempo fue dramática y ésta perdura pues si revisamos los himnarios de la iglesia 150 años después de su muerte, notaremos que en ese entonces el 40 por ciento de los cantos fueron escritos por Isaac Watts.

Hay buenas razones que indican el motivo por los que los himnos de Isaac Watts han perdurado. Escribió en un estilo muy simple. Sus letras tocaban y eran fáciles de entender tanto para eruditos como para personas sin educación. Estaba comprometido con la Verdad del Nuevo Testamento. «Siempre enfocaba su atención a la persona de Jesucristo y a Su Obra y no le bastaba hablar en términos generales de Dios y Su Misericordia». Sus himnos asombran y maravillan.

“AL MUNDO PAZ, NACIÓ JESÚS”

Isaac Watts lo escribió basado en el texto de la segunda parte del Salmo 98, que celebra la llegada del Señor para juzgar el mundo con justicia. El salmista hace un llamado a toda la creación para cantar y gritar de gozo ante su venida. No hay nada en este salmo o en la paráfrasis de Watts que mencione específicamente el nacimiento de Cristo, solo el regreso del Señor para juicio.

Este himno celebra el involucramiento de Dios con su pueblo, y ese trabajo de Dios comenzó en un establo de Belén. En navidad necesitamos visión bifocal. Tenemos que mirar hacia atrás y alabar a Dios por el regalo precioso de su Hijo Jesús. Pero también tenemos que mirar hacia el regreso de Cristo, cuando Dios llevará todas las cosas a una justa conclusión. Solo entonces comenzaremos realmente a disfrutar de “su amor y su poder” por toda la eternidad.

 

¡AL MUNDO PAZ, NACIÓ JESÚS!

¡Al mundo paz, nació Jesús!

nació ya nuestro Rey;

el corazón ya tiene luz,

y paz su santa grey,

y paz su santa grey,

y paz, y paz su santa grey.

¡Al mundo paz, el Salvador

en tierra reinará!

ya es feliz el pecador,

Jesús perdón le da,

Jesús perdón le da,

Jesús, Jesús perdón le da.

Al mundo Él gobernará

con gracia y con poder;

a las naciones probará

Su amor y Su poder,

Su amor y Su poder,

Su amor, Su amor y Su poder.

Jesucristo no nació un 25 de diciembre

Jesucristo no nació un 25 de diciembre

Un análisis cuidadoso de la Biblia nos indica claramente que el 25 de diciembre es una fecha muy poco probable para el nacimiento de Jesús.

 LAS PRUEBAS BÍBLICAS DEMUESTRAN QUE JESUCRISTO NO NACIÓ UN 25 DE DICIEMBRE

La historia nos demuestra de manera muy convincente que el 25 de diciembre fue adoptado como la fecha de la Navidad, no porque Jesús haya nacido en ese día sino porque ya era una celebración pagana muy popular en honor al “nacimiento” del sol.

Pero ¿existe alguna posibilidad de que el nacimiento de Jesús haya ocurrido un 25 de diciembre? “Ante la absoluta ausencia de pasajes bíblicos que dieran alguna señal sobre la fecha del nacimiento de Jesús, los primeros maestros cristianos sugirieron fechas muy variadas. Clemente… eligió el 18 de noviembre. Hipólito… calculó que Cristo debió haber nacido un miércoles.

Un documento anónimo que se cree fue escrito en el norte de África alrededor del año 243 d.C., afirma que Jesucristo nació un 28 de marzo” (Jeffrey Sheler, “In Search of Christmas” [“En busca de la Navidad”], revista U.S. News & World Report, 23 de diciembre de 1996, p. 58).

Sin embargo, un análisis cuidadoso de la Biblia nos indica claramente que el 25 de diciembre es una fecha muy poco probable para el nacimiento de Jesús. Y hay dos razones principales que lo comprueban:

Primero, sabemos que cuando nació Jesús los pastores estaban en los campos cuidando sus rebaños (Lucas 2:7-8), cosa que no hacían durante el mes de diciembre. El relato del Evangelio de Lucas sugiere que Jesús pudo haber nacido en el verano o a principios del otoño. Como en Judea el mes de diciembre es frío y lluvioso, el clima no habría permitido que los pastores permanecieran de noche en los campos cuidando sus rebaños.

Segundo, los padres de Jesús fueron a Belén para registrarse en el censo romano (Lucas 2:1-4). Tales censos no se efectuaban en invierno, cuando las temperaturas descendían bajo cero y los caminos se hallaban en malas condiciones. La realización de un censo en esas condiciones habría sido contraproducente.

Debido a las dificultades y al deseo de integrar a los paganos al cristianismo, “el hecho importante… y que debe quedar bien claro en nuestra mente, es que la declaración del 25 de diciembre fue una forma de acomodarse con el paganismo” (William Walsh, The Story of Santa Klaus [“La historia de Santa Claus”], 1970, p. 62).

Si Jesús no nació un 25 de diciembre, ¿hay alguna indicación bíblica sobre la fecha de su nacimiento? Con base en la concepción y el nacimiento de Juan el Bautista, los relatos bíblicos apuntan hacia el otoño como la temporada más probable de su nacimiento.

Como Elisabet (la madre de Juan) estaba en su sexto mes de embarazo cuando Jesús fue concebido (Lucas 1:24-36), podemos determinar la época aproximada del año en que nació Jesús si es que sabemos cuándo nació Juan. El padre de éste, Zacarías, era un sacerdote que servía en el templo de Jerusalén durante el período de Abías (Lucas 1:5). Los cálculos históricos señalan que este turno de servicio en aquel año cayó entre el 13 y el 23 de junio (The Companion Bible, 1974, apéndice 179, p. 200).

Fue durante este período de servicio en el templo que Zacarías supo, por medio de un ángel, que él y su esposa Elisabet iban a tener un hijo (Lucas 1:8-13). Después de completar su servicio y volver a casa, Elisabet concibió (vv. 23-24). Suponiendo que Juan fue concebido a finales de junio, si agregamos nueve meses tendremos los días finales de marzo como la fecha más probable del nacimiento de Juan. Si añadimos otros seis meses (la diferencia entre las edades de Juan y Jesús) nos encontramos con que los últimos días de septiembre son la fecha más factible del nacimiento de Jesús.

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